Y aquí...

Bienvenido a tu cabeza.

Grito.

Grito.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Curvas.

¿De que sirve una persecución, si al final del día no se obtiene nada?

Las obligaciones comunes no representan para él el mayor de los agrados. El mundo le resulta tan agobiante como simple y similarmente ridículo.

El día se levanta tras la montaña, mientras en su mente la noche sigue presente y misteriosa. La luz de la Luna podría parecerle mucho mas brillante que la del Sol, pues las sombras son algo mucho más cálido hoy en día. Las sinuosas complicaciones nocturnas pueden resultar más atractivas. El hombre busca el misterio para intentar descubrirse en el.

Por la gran abertura de su pequeño pedazo de cielo se asoman incesantes rayos de molesta luz diurna, radiante para muchos, inquisidora para otros. La cama es su compañera fiel y confidente, sus más intimas divagaciones mentales las lleva acabo allí. Muchas veces en el divagar se encuentra el razonar. Y un poco de razón fortuita resulta bastante inspiradora para su historia simple y falta de detalle.

Se encuentra en una confusa y nueva etapa de su vida. Las responsabilidades le han sido mezquinas en muchas ocasiones, y no precisamente por su falta de aprecio hacia ellas, sino por la excesiva cantidad de veces que aparecen en su vida, su temprana y fina vida. Delgada. Curva. Simple pero compleja. Dura.

Era un tipo chico de patético aspecto y rostro lúgubre. Buscaba lo que todos buscan. Felicidad, amor, dinero,  respeto y tantas otras ficciones de mortales. Su vida no inspiraba ni transpiraba grandeza. Solo un intento de hedor a miedo salia de su cuerpo. Todo le aterraba. Él mismo se temía. No tenia gran conocimiento sobre lo que en realidad deseaba. Sólo buscaba ser conocido por algo.

Olor a autobús de medianoche. Eso lo acompañaba. Una canción distorsionada por un motor mal administrado y diseñado acompañaban su noche. Una suerte de aire ligero y alegre rodeaban su atmósfera externa. La interna estaba hecha añicos, partida, irresoluta. Sus constantes guerras internas lo habían llevado a una suerte de cataclismo intestinal. Una ''World War II'' visceral. Un poco menos llena de cadáveres, un poco más nutrida de muertos.

¿Que persona cuerda se ve inspirada por un desconocido? El se veía inspirado por una especie de conejo blanco que huía de sus alargadas manos. Era un tipo deforme. Todos lo somos, es cierto, pero su deformidad era física, no solo ''espiritual''. Si el ser humano contemporáneo posee alma, si el alma en realidad existe, esta debe ser una especie de tornillo oxidado, largo y naranja. Pero volviendo a él, se le podría imaginar como una especie de milagro que nadie pidió. Muchas veces a su mente llega una especie de pensamiento trágico, un ''yo no pedí nacer, al menos no cargo algo de responsabilidad con mi existencia''.

Si algo tan extraño como un 'alma' existe, la suya seguramente parece una linea bifurcada y curva, que constantemente vibra al ritmo de John Coltrane. No se identifica con nada, no encaja en nada, no vive para nada más que para intentar vivir.

La primera noche que vio aquel destello azul supo que su vida se complicaría. Pero algo tan simple, algo tan insulso, merece al menos una suerte de rebelión mental, debía rebelarse ante su actitud plana. Debía arriesgar. Y lo hizo.

Pobre de él.