Y aquí...

Bienvenido a tu cabeza.

Grito.

Grito.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Mi voto es contra Zuluaga. Mi voto es por la paz.

Los mismos que proclaman que somos la democracia mas antigua, pulcra y 'calcable' de América Latina, son los que durante años se han esforzado en negar que el país está en guerra, aquellos que a los desmovilizados por la violencia prefieren darles el calificativo de 'migrantes internos', los que para frenar la avanzada de las guerrillas de izquierda en el campo de batalla, se inventaron un monstruo de dos cabezas al que bautizaron Autodefensas Unidas de Colombia y que luego, como era de esperarse, se los terminó tragando hasta a ellos. 

Para nadie es un secreto el papel fundamental que jugaron los terratenientes, las empresas bananeras, los ganaderos, las Fuerzas Armadas y los políticos ultraconservadores (hoy en día se les llama de extrema derecha) en la formación de aquellos escuadrones de la muerte, que 8 años después de su supuesta desmovilización aún viven amenazando a estudiantes universitarios, matando sindicalistas y proclamando su amor al de las 3 huevas, o huevitos. 

Era menester abrir esta individual opinión trayendo esa pastilla para la memoria, que tanto se le olvida tomársela a la mayoría de La Patria Boba antes de salir a votar. Y era para recordar que estamos en un país conservador hasta el tuétano, que odia los movimientos progresistas, y que suele apoyar el peso de su joroba corrupta en el poder de la Santísima y Purísima Iglesia Católica Apostólica y Romana. En este país hasta los liberales terminaron siendo conservadores. Esa fusión extraña que se formó cuando de día, durante la época de La Violencia, ambos bandos se insultaban y lanzaban gritos de odio, pero de noche, los mismos terminaban cenando en la misma mesa, y emborrachándose con aguardiente como buenos colombianos, mientras los pobres campesinos, en su ignorancia y fanatismo se mataban en los campos por el color de su pañuelo. Este es un país tan conservador que, el funcionario público elegido para cuidar y proteger los derechos de TODOS los colombianos es un retrógrada lefebvrista de tercera, que durante sus años mozos gozaba de organizar quemas de libros que se consideraran ''perniciosos, contra los valores familiares y las buenas costumbres''. Así es, tenemos un remiendo de Hitler, que ni siquiera tiene estilo, como si lo poseía el Führer.

En nuestra pseudo-democracia actual, nos vemos enfrentados a una pseudo-elección presidencial, en la cual debemos elegir entre un presidente-candidato-corrupto y un uribista, y sí, a Zuluaga todos los calificativos despectivos se le pueden sintetizar en una palabra, porque el antioqueño que la inspiró fue un 'hijueputica' bien malo. Y es que esta campaña electoral siempre se desenvolvió alrededor de ambos, pues los medios nos vendieron esa polarización barata de que solo teníamos dos caminos para elegir, cuando hasta el niño que recién aprende a contar se daba cuenta que eran 5. ¡Pero qué se le puede hacer, qué más se le puede pedir al país del Sagrado Corazón de Jesús!.

Así que no fue para nada extraño sentarme el domingo a ver los resultados electorales, y sentir que boletín tras boletín nos íbamos hundiendo en 4 años mas de el combo de ''U''. En 2018 serán 16 años de aquellos 3 huevos, que ya tienen mucho tiempo de estar podridos y hediondos. Pero eso es lo que sucede cuando el 20% de la población elige quien los gobierna a ellos y al 80% restante. Y si no lo han notado, el Zorro ganador de la primera vuelta lo hizo con alrededor del 11% de la votación del grueso de 32 millones de posibles votantes. ¡Gracias abstencionistas y gracias a los que votan en blanco! Nos acaban de dar una patada en los testículos cuando necesitábamos su apoyo.

En este pais la mayoría de la gente se queja -con justa razón- de las injusticias y problemas que nos agobian a todos, pero cuando tiene la oportunidad de salir a votar y al menos contribuir a que un cambio social emerja desde las urnas, prefiere quedarse en la casa, viendo un partidito de fútbol o una novela, echándose un sueñito o sale con el argumento de que ''ningún candidato es bueno, mejor no voto''. ¡Pues si ninguno es bueno y la mayoría lo piensa vote en blanco y verá que esa si es una contribución a la democracia de papel que tenemos! Así al menos forma parte de una protesta social y ayuda a que el tan ansiado y temido cambio ocurra. Pero no. Aquí permitimos que 4 millones de personas decidan el futuro de 47.

¡Grandísimos pendejos!

Ya nos tocó la temida segunda vuelta Santos vs Zuluaga, y aunque no se que piensa hacer la mayoría yo sinceramente prefiero apostarle a la teoría del menos malo. Y aunque este par de canallas son iguales en casi todo, tienen una diferencia: al menos uno de ellos pretende una salida negociada al conflicto que este año cumple ya 60. Prefiero aguantarme a un corrupto de derecha que a un facho con ánimos de zorro. Prefiero tragarme el sapo de Santos, porque si llega a la presidencia Zuluaga vuelve el Führer con el, y no precisamente el alemán, sino el culibajito antioqueño. Mi voto es contra Zuluaga. Mi voto es por la paz.

Yo no espero tener hijos, al menos no biológicos, pero sí espero que algún día, cuando este un tanto mayor y me pregunten si yo apoyé el proceso que permitió llevar a cabo las tan anheladas reformas que el pais hace un tiempo necesitaba y que le permitió a este un surgimiento y una reivindicación social, pueda decir con animosidad: ¡Si, lo hice!


martes, 13 de mayo de 2014

¡Un huevón más!

El tema es radicálmente diferente cuando se vive en carne propia.

Suelo ser un tipo bastante criticón en gran variedad de tópicos, y con gran variedad de razones para argumentarlo. Y de hecho lo soy, porque como coloquialmente se podría decir: 'la gente me da papaya'. Tamaña oportunidad no puede ser desperdiciada por una persona que fija gran parte de su atención en problemas de índole, casi siempre, social. Mucho menos en Colombia, cuna y caldo de cultivo de una gran variedad de problemas sociales, que parecieran no tener fin.

Pero dentro de lo critico -y reflexivo- que puedo llegar a ser sobre el Establecimiento, y la gran variedad de males que aquejan a la sociedad en la que vivo, hay algo que me permite intentar crear propuestas constructivas, para mejorar o intentar apaciguar la cantidad de cosas que en este país a diario se viven.

Sinceramente pocas habían sido las veces en las que 'el papayaso' se me presentaba de manera tan directa y cínica en la cara, tanto así, que las personas que me supervisaron durante el infortunado hecho me dijeron un par de veces, que técnicamente había 'dado un pequeño baile, con la Santísima Muerte'. Y si es una Santa, porque la muy degenerada al menos busca calmar dolores, infundiendo el letargo enterno. Mucho mas Santa, que aquella anciana misionera que predicaba a todo pulmón, que ser pobre estaba bien. ¡Al carajo con eso! ¡Al carajo con ella!

Pero volviendo al tema de la lechoza que se dispone a ser partida, tuve la poca fortuna de enfrentarme en un duelo cara a cara con el sistema de salud colombiano. Pedazo de agonía. Aunque debo admitir que 'gracias' a esa bosta de vaca, tuve la posibilidad de realizar el mencionado baile casi eterno, no es una experiencia que realmente desee repetir. El grandioso sistema de salud, reformado eficazmente por un antioqueño culibajito, que basado en un modelo chileno logro modificar la Ley 100 casi me deja morir. Y esa es una frase -técnicamente- dicha por mucho colombiano contemporáneo. Por cierto, el hecho ocurrió en Antioquia, así que al no ser yo una persona creyente en deidad alguna, me pareció bastante llamativa la coincidencia, si así puede ser llamada.

¡Si! casi, como todo lo bueno o malo de este país, casi. Acá la satisfacción o la tragedia nunca son completas. Todo es a medias. Todo es insulso. Todo es tangencial.

Gracias a aquel canoso caballero, y el también canoso y casi piojoso invento de las EPS, casi termino con la tranquilidad de mi familia, y empiezo con la mía. Pero que mas da, que se puede hacer en un país donde la gente no tiene memoria o interés alguno por el sufrimiento del otro. Que mas se puede hacer en esta hermosa democracia donde exterminan a un partido político, y resulta que es otra de esas coincidencias de la vida. Como la coincidencia del culibajito y sus senadores-secuaces con sectores del paramilitarismo. ¡Que se yo!

En este país donde tanto se habla y poco se hace, seria bastante interesante empezar a actuar. Y ese es mi propósito. Si alguien habla con un católico acérrimo o con un cristiano pegado a su pastor, que por favor le(s) diga que he encontrado el propósito que El Señor (en mayúscula, para no lastimar su ego) ha puesto en mi camino. De ahora en adelante seré: ¡Un huevón más!